España franquista
ISSN 2074-4706.El objetivo del estudio es analizar e investigar las características de las regiones que demandan autonomía en el oriente boliviano. Para ello, el estudio hace un recorrido por el modelo político español, que puede servir de marco de comparación y evaluación. El desarrollo de procesos autonómicos ha formado parte de la historia española, especialmente en las regiones de Cataluña y el País Vasco, lo que ha contribuido al establecimiento de una democracia estable y una economía floreciente en España. En primer lugar, el estudio compara las dos comunidades autónomas de ambos países desde un punto de vista histórico. Por un lado, el lector descubrirá las diferencias entre las regiones nacionalistas y, por otro lado, importantes desarrollos similares en ambos países. Finalmente, el estudio concluye que el Estado de las Autonomías español y su Constitución de 1978, establecida tras la muerte de Franco, podría servir de ejemplo adecuado para el Estado boliviano. Esencial en el artículo es la búsqueda de un consenso sobre las diferentes características que existen entre ambas ideologías y que son la principal razón por la que el Estado boliviano podría ser calificado como un Estado débil.Palabras clave
Información sobre España en inglés
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La naturaleza del régimen evolucionó y cambió durante su existencia. Meses después del inicio de la Guerra Civil española en julio de 1936, Franco se erigió en el líder militar rebelde dominante y fue proclamado jefe de Estado el 1 de abril de 1939, gobernando una dictadura sobre el territorio controlado por la facción nacionalista. El Decreto de Unificación de 1937, que fusionó a todos los partidos que apoyaban al bando rebelde, hizo que la España nacionalista se convirtiera en un régimen de partido único bajo FET y de las JONS. El final de la guerra, en 1939, supuso la extensión del régimen franquista a todo el país y el exilio de las instituciones republicanas. La dictadura franquista adoptó originalmente una forma calificada como “dictadura fascistizada”,[2] o “régimen semifascista”,[3] mostrando una clara influencia del fascismo en campos como las relaciones laborales, la política económica autárquica, la estética y el sistema de partido único.[4][5] Con el paso del tiempo, el régimen se fue abriendo y acercando a las dictaduras desarrollistas, aunque siempre conservando rasgos fascistas residuales.[6][3]
Spanish republic
Latino food and Goya’s presence at Yankee Stadium is simply a natural fit,” said Lonn A. Trost, Chief Operating Officer of the New York Yankees.
eligible for up to 30 months of Fund-paid coverage if you are currently covered by the Metropolitan, Suburban or Tri-State Preferred Plan (that’s most NYC members) or up to 6 months if you’re covered by the Tri-State Plan. 32bjfunds.org
If you are receiving Short-Term Disability (STD), 32BJ Long-Term Disability (LTD), Workers’ Compensation, or a 32BJ Disability Pension, you may be eligible for coverage paid for up to 6 months if you are currently covered by the 32BJ plans.
months if you are currently covered under the Metropolitan, Suburban or Tri-State Preferred plans (like most New York City members) or for up to 6 months if you are covered under the Tri-State Plan. 32bjfunds.org
Francoism
Imperial revanchism permeates the Kremlin’s propaganda, which tries to conceal Russia’s desire to recolonize Ukraine. Dmitry Medvedev, deputy chairman of the Security Council and former president of Russia, displayed maps to question Ukraine’s legitimacy as a state. Medvedev invoked visions of Russia’s imperial past, and shared a July 27 Telegram post with maps of the region before and after in which Ukraine had been reduced to just the area surrounding Kyiv with the caption, “In President Zelensky’s drugged brain the image of his country’s bright future may look like this, but Western analysts think it will actually be this.”
Ukraine has existed as a distinct cultural and national identity for centuries, and Putin’s attempts to violently assimilate them into Russian culture are especially egregious, given that Ukrainian citizens were historically a target for the Soviet Union. Under Joseph Stalin, more than three million Ukrainians died in the Holodomor, or Great Famine, a purely artificial food shortage in which the entire population of Ukraine was considered secondary to the realization of the Soviet five-year economic plan.
