Rotura del cuerno posterior del menisco interno

Deshilachado del menisco medial del cuerno posterior

El menisco medial y el menisco lateral son estructuras especializadas de la rodilla. Estos amortiguadores en forma de media luna entre la tibia y el fémur desempeñan un papel importante en la función y la salud de la rodilla. Antes se pensaba que eran poco útiles, y los meniscos (en plural) se extirpaban de forma rutinaria cuando se rompían. Ahora sabemos que los meniscos contribuyen a la salud de la rodilla porque desempeñan un papel importante en la estabilidad de la articulación, la transmisión de la fuerza y la lubricación. Cuando es posible, se reparan si se lesionan. Incluso hay intentos experimentales de sustituir un menisco dañado, lo que posiblemente sea un avance importante en la medicina ortopédica.

Los dos meniscos de la rodilla son cuñas en forma de media luna que rellenan el hueco entre la tibia y el fémur. Los meniscos proporcionan estabilidad a la articulación creando una copa en la que se asienta el fémur. Los bordes exteriores son bastante gruesos, mientras que las superficies interiores son finas. Si faltaran los meniscos, el fémur curvado se movería sobre la tibia plana.

El menisco medial, situado en la parte interior de la rodilla, tiene más bien una forma de “C” alargada, ya que la superficie tibial es mayor en ese lado. El menisco medial se lesiona con más frecuencia porque está firmemente unido al ligamento colateral medial y a la cápsula articular. El menisco lateral, en la parte exterior de la rodilla, tiene una forma más circular. El menisco lateral es más móvil que el medial, ya que no está unido al ligamento colateral lateral ni a la cápsula articular.

Tratamiento de la rotura del menisco medial del cuerno posterior grado 3

El menisco es una pieza en forma de C de cartílago resistente y gomoso que actúa como amortiguador entre la tibia y el fémur. Puede romperse si se tuerce repentinamente la rodilla mientras se soporta el peso.

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La rotura de menisco es una de las lesiones de rodilla más comunes. Cualquier actividad que provoque una torsión o rotación forzada de la rodilla, especialmente cuando se apoya todo el peso en ella, puede provocar una rotura de menisco.

Cada una de las rodillas tiene dos piezas de cartílago en forma de C que actúan como un cojín entre la espinilla y el fémur. Una rotura de menisco provoca dolor, hinchazón y rigidez. También puedes sentir un bloqueo en el movimiento de la rodilla y tener problemas para extenderla completamente.

El tratamiento conservador -como el reposo, el hielo y la medicación- a veces es suficiente para aliviar el dolor de una rotura de menisco y dar tiempo a que la lesión se cure por sí sola. Sin embargo, en otros casos, la rotura de menisco requiere una intervención quirúrgica.Productos y serviciosMostrar más productos de Mayo Clinic

CausasUna rotura de menisco puede ser el resultado de cualquier actividad que provoque una torsión o rotación forzada de la rodilla, como los giros agresivos o las paradas y giros repentinos. Incluso arrodillarse, ponerse en cuclillas o levantar algo pesado puede provocar una rotura de menisco.

Cirugía de rotura de menisco del cuerno posterior

El menisco medial tiene forma de “C”, mientras que el lateral es un círculo incompleto más corto con “cuernos” más cercanos. El menisco medial se rompe con más frecuencia, en parte debido a esta forma diferente, pero también por su unión al ligamento colateral medial, mientras que el lateral se aparta de la compresión entre el fémur y la tibia por el politeo. Las ramas superior e inferior de las arterias geniculadas medial y lateral irrigan el tercio periférico de los meniscos a través del plexo capilar perimeniscal.3,4

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Las roturas de menisco se producen debido a una fuerza de cizallamiento entre el fémur y la tibia. En los pacientes más jóvenes, suele tratarse de una fuerza de torsión en una rodilla flexionada con carga de peso. A menudo se trata de “desgarros en asa de cubo”, en los que hay un desgarro vertical u oblicuo en el cuerno posterior que se dirige hacia el cuerno anterior,5 formando una sección suelta que permanece unida anterior y posteriormente.1 En los pacientes de mayor edad, los desgarros se deben generalmente a la degeneración asociada al envejecimiento y tienden a ser desgarros horizontales. La diferencia en el tipo de desgarro entre estas poblaciones se explica por la estructura fibrosa tridimensional del menisco: la deslaminación horizontal se produce en las lesiones degenerativas, mientras que la estructura fibrosa se rompe de forma vertical en los pacientes más jóvenes. La incidencia de la rotura de menisco puede llegar a ser de seis por cada 1000 habitantes6 , con un predominio masculino de 2,5 a 4 veces. La edad de la lesión alcanza su punto máximo entre los 20 y los 29 años.7 La meniscectomía parcial (extirpación de la sección desgarrada) es uno de los procedimientos quirúrgicos ortopédicos más realizados.8

Tratamiento de la rotura de menisco del cuerno posterior

Es necesario un umbral de sospecha más bajo para el diagnóstico adecuado de una rotura del cuerno posterior del menisco medial. En estos casos, los desgarros radiales o el desprendimiento del menisco de su inserción se producen tras un traumatismo menor y precipitan un fuerte dolor de rodilla en pacientes de mediana y avanzada edad. El objetivo de este artículo es demostrar los puntos clave para el diagnóstico mediante el examen de las características clínicas de este desgarro.

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El examen artroscópico de 250 rodillas con roturas de menisco medial (y sin lesiones ligamentosas; mayores de 40 años) identificó 26 rodillas (26 roturas) con una rotura del cuerno posterior. De estos 26 desgarros, 16 eran radiales y 10 estaban desprendidos.

El 85% de los pacientes podían recordar eventos discretos que precedieron al dolor. Describieron estos acontecimientos como un chasquido o una sensación de choque. Después, la mayoría de los pacientes se quejaron de dolor intenso o de ceder. La hidrartrosis de más de 5 ml estaba presente en el 81%. La mayoría de las radiografías (92%) parecían casi normales.

Es importante señalar que este tipo de desgarro del cuerno posterior en el menisco medial no es raro. Dado que esta zona es difícil de visualizar artroscópicamente, puede pasarse por alto a menos que se reduzca el umbral de sospecha.

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