Qué hacer cuando alguien te da asco
El asco moral se produce cuando pensamos en violaciones morales cometidas por otras personas. Subrayo lo de otras personas porque cuando cometemos una violación moral, normalmente eso provoca una emoción autoconsciente como la vergüenza o la culpa. Existe cierto solapamiento entre el asco a la naturaleza animal, el asco interpersonal y el asco moral. Por ejemplo, los actos sexuales inapropiados o las historias sobre asesinatos violentos pueden provocar asco moral y de naturaleza animal. Además, la mancha moral es uno de los acontecimientos que provocan el asco interpersonal. Es posible que este solapamiento se deba a que los cuatro grandes grupos de asco se han ido ampliando con el tiempo.
Existen diferencias transculturales en el asco moral (Haidt et al., 1997). Por ejemplo, los norteamericanos experimentan asco moral cuando otra persona viola sus propios derechos individuales o los de los demás. Los ejemplos incluyen cuando alguien mantiene actitudes socialmente inapropiadas o cuando alguien viola los derechos básicos de los demás (por ejemplo, traición, racismo). Los japoneses experimentan asco moral cuando otra persona no cumple las normas del grupo o de la relación. Las culturas hindúes experimentan repugnancia ante las violaciones de las castas o de la pureza. Por ejemplo, casarse o trabajar fuera de la propia casta puede provocar repugnancia en otras personas. En la India, un grupo conocido como los “intocables” nacen en la casta más baja y, por tanto, sufren discriminación y delitos de odio, posiblemente porque provocan repugnancia en otros miembros de la sociedad, simplemente por la casta que se les asigna al nacer. Véase este artículo de National Geographic (Mayell, 2003) para más información sobre los intocables. En ambas culturas, el asco moral lo provoca la violación de algunas reglas o normas, pero en Norteamérica la violación afecta a personas individuales, mientras que en las culturas orientales la violación afecta a grupos o relaciones.
Significado de la emoción asco
“Quería explicarme de forma comprensible. Di forma a mis miedos e inventé excusas. Varié mis velocidades, me vi dormir. Algo no está bien en lo que hago, pero sigo haciéndolo: vivir en las peores partes, arruinarme. Mi vida interior es una lámina de cristal negro. Si me cayera por el suelo seguiría cayendo. La enormidad de mi deseo me repugna”.
“…en ese momento, al ver y oler cuán irresistible era su efecto y cómo con la velocidad del rayo se extendía y hacía cautivos de la gente a su alrededor, en ese momento todo su asco por la humanidad surgió de nuevo en su interior y agrió por completo su triunfo, de modo que no sólo no sintió alegría, sino ni siquiera la más mínima satisfacción. Lo que siempre había anhelado -que los demás le amasen- se volvió insoportable en el momento de su logro, porque él mismo no les amaba, les odiaba. Y de pronto supo que nunca había encontrado gratificación en el amor, sino sólo en el odio, en odiar y ser odiado”.
Disgustado por el comportamiento de alguien
El asco es una de nuestras emociones básicas. Sentimos asco todos los días en respuesta a una gran variedad de objetos y situaciones. Oler leche agria, pisar excrementos de perro o ver una venda usada provocan sentimientos de asco. Sin embargo, también podemos sentir asco cuando nos enteramos de las incorrecciones sexuales de famosos y políticos, cuando somos testigos de un racismo flagrante y cuando nos enfrentamos a la creciente desigualdad de la riqueza. En este artículo hablaremos de las distintas formas en que sentir asco puede afectar a tu vida y a tu bienestar.
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El asco ha sido identificado como una de las emociones universales compartidas por todas las personas (Rozin & Fallon, 1987). Se caracteriza por sentimientos de repulsión, de querer alejarse del objeto ofensivo. De todas las emociones básicas, el asco es quizá la más física, a menudo acompañada de una sensación de náuseas.El asco suele entenderse como un instinto de protección. Los sentimientos de asco evitan que comamos alimentos en mal estado y garantizan que nos mantengamos alejados de excrementos y otras fuentes potenciales de enfermedades e infecciones.Diferentes significados del ascoPero no sólo sentimos asco en respuesta a objetos físicos con el potencial de hacernos enfermar. A menudo nos referimos a comportamientos y acciones que nos desagradan profundamente como repugnantes. Una búsqueda en Internet de titulares recientes en los que aparecía la palabra repugnante reveló que el racismo, la brutalidad policial, las maniobras políticas, los medios de comunicación contrarios y el estigma sobre la salud mental, entre otras cosas, eran tachados de repugnantes. ¿Todas estas acciones e ideas provocan la misma sensación visceral que se tiene cuando se huele el vómito? El asco que se siente ante las transgresiones morales puede haber evolucionado a partir del asco más básico que se siente ante los objetos físicamente ofensivos. Paul Rozin, investigador pionero en psicología del asco, lo explica así: El asco ha pasado de proteger el cuerpo a proteger el alma y el orden social.
Sentir asco por alguien
El asco (francés medio: desgouster, del latín gustus, “gusto”) es una respuesta emocional de rechazo o repulsión ante algo potencialmente contagioso[1] o algo considerado ofensivo, desagradable o desagradable. En The Expression of the Emotions in Man and Animals, Charles Darwin escribió que el asco es una sensación que se refiere a algo repugnante. El asco se experimenta principalmente en relación con el sentido del gusto (ya sea percibido o imaginado), y secundariamente con cualquier cosa que provoque una sensación similar por el sentido del olfato, el tacto o la vista. Las personas sensibles a la música pueden incluso sentir asco ante la cacofonía de sonidos inarmónicos. La investigación ha demostrado continuamente una relación entre el asco y los trastornos de ansiedad como la aracnofobia, las fobias de tipo sangre-inyección-lesión y el trastorno obsesivo-compulsivo relacionado con el miedo a la contaminación (también conocido como TOC)[2][3].
El asco es una de las emociones básicas de la teoría de las emociones de Robert Plutchik, y ha sido estudiada ampliamente por Paul Rozin[4]. Invoca una expresión facial característica, una de las seis expresiones faciales universales de la emoción de Paul Ekman. A diferencia de las emociones de miedo, ira y tristeza, el asco se asocia a una disminución de la frecuencia cardiaca[5].