Neofascismo e ideología del deseo

Resumen del fascismo

Benito Mussolini acuñó el término “fascismo” en 1919 para describir su movimiento político. Adoptó la antigua fasces romana como símbolo. Se trataba de un haz de varas atadas alrededor de un hacha, que representaba el poder de Roma.

Mussolini estableció el primer régimen fascista, seguido poco después por otros, incluida la Alemania nazi. Sin embargo, el fascismo difería de una nación a otra. Por ello, los estudiosos discrepan a menudo sobre una definición precisa de fascismo. Aun así, suelen estar de acuerdo en sus características comunes:

Tras servir en el ejército italiano durante la Primera Guerra Mundial, Mussolini regresó a su país buscando una forma de unificar al pueblo italiano. En 1918, empezó a pronunciar discursos emotivos en los que pedía un dictador para dirigir el país. Argumentaba que sólo un líder fuerte podría unir al pueblo para superar el desempleo masivo de posguerra, los caóticos conflictos entre partidos políticos y las huelgas de socialistas y comunistas.

En 1919, Mussolini organizó su movimiento fascista en la ciudad septentrional de Milán. Formó escuadrones de combatientes callejeros que vestían camisas negras. Sus “camisas negras” golpeaban a socialistas y comunistas y los expulsaban de los gobiernos locales.

Origen del fascismo

La derecha estadounidense palpita de deseo profético, desde El Gran Planeta Tierra Tardío, la clásica fantasía del fin de los tiempos del revanchismo reaganiano, hasta el “gran despertar” de QAnon. Este no es el deseo profético de la multitud, del que hablan Hardt y Negri. Las anticipaciones apocalípticas subculturales de Estados Unidos en el cambio de milenio, con su curiosa apertura ambivalente a lo “alien” y lo “alt”, y su desconfianza hacia las élites prepotentes, tenían elementos transversales que fluían parcialmente hacia los movimientos anticapitalistas y antiimperialistas. Para el año de la peste, sin embargo, estas corrientes habían sido hábilmente canalizadas por los emprendedores de la extrema derecha online hacia un anhelo autoritario declarado. Los reaccionarios anhelan, no el poder inmanente de la multitud, sino una palabra de su baza celestial.

  Ejemplos de recursos de alzada

Si el año de la peste fue el año en el que el trumpismo por fin se impuso, probablemente se deba a que llevaba consigo esta fructífera expectativa palingética. Al escribir sobre el concepto teológico de “kairós”, Catherine Keller lo define como un acortamiento temporal, contracción y reunión de los elementos de crisis que llamamos “apocalípticos”. El punto álgido del trumpismo representó precisamente esa reunión. Animado por sus asaltos callejeros a activistas de Black Lives Matter, su caza armada de pirómanos “antifa” en Oregón, su caza de rojos y su sobrenatación en cálidos baños de victimismo santurrón -la sensación de estar en la cúspide de una dictadura totalitaria, lejos de ser una novedad de la Resistencia, había formado parte del estilo político de la extrema derecha al menos desde Massive Resistance-, el trumpismo encontró por fin la relación mutuamente radicalizadora entre liderazgo y base que había estado deseando desde Charlottesville. Y, cuando lo hizo, el movimiento estalló en un frenesí de actividad contrasubversiva que amplió drásticamente la base de votantes de Trump y culminó en la “insurrección” del 6 de enero, o “Q-d’état”, una incursión en el espacio de carne de las Vendées online en rebelión contra el nuevo orden woke.

Neo fascismo significado en hindi

Fascismo – uno asocia este término automáticamente con los horrores de la Segunda Guerra Mundial y con una ideología que costó la vida a millones de personas durante este tiempo. Sin embargo, a lo largo del periodo de posguerra, el fascismo consiguió introducirse de nuevo en la política europea y, en la actualidad, el Front Nationale de Francia, la Alleanza Nazionale de Italia y los partidos de extrema derecha de Alemania están profundamente arraigados en el panorama político de estos países y obtienen en ocasiones unos resultados electorales preocupantemente altos. Este ensayo examinará las “tres oleadas de neofascismo”[1] en Alemania, Italia y Francia e intentará demostrar que los resurgimientos de la ultraderecha en los tres países fueron provocados por el resentimiento y la amargura en tiempos de estancamiento económico, sugiriendo así que el fascismo es un subproducto del capitalismo.

  Sometimiento de la administración a la ley y al derecho

Antes de pasar a la parte principal es importante definir el término “neofascismo”. Hoy en día, los partidos de ultraderecha se describen a menudo como “neofascistas” o “neonazis”; sin embargo, cabe señalar que no todos los estudiosos están de acuerdo con la definición exacta. Mudde, por ejemplo, se refiere al “neonazismo” y al “-fascismo” como un deseo de revivir el Tercer Reich o la República Social Italiana, lo que sólo se aplicaría a muy pocos partidos en Europa[2]. Griffin, sin embargo, considera que el “neofascismo” “ofrece algo nuevo con respecto a los fenómenos de entreguerras” y se aplica a los partidos que se han inspirado en el fascismo tradicional[3]. [3] Así pues, este ensayo examinará todos los principales partidos de extrema derecha de la Alemania, Italia y Francia contemporáneas, ya que sus ideologías incorporan elementos fascistas, aunque la mayoría se hayan distanciado del “neofascismo”.

Ilustración y fascismo

Opositor al capitalismo, crítico de la evolución de las ideas de progreso enfrentadas a las mutaciones liberales de finales del siglo XX, su obra está vinculada al pensamiento de Rousseau, Hegel y Marx, cuyos vínculos y unidad muestra. Es conocido por haber mostrado filosóficamente la connivencia entre el capitalismo y la teoría francesa, representada por Lévi-Strauss y Deleuze, construyendo su propio concepto de neokantianismo. Desarrolló una investigación filosófica en torno a la idea de contrato social, postulando que “el principio constitutivo de toda sociedad es la relación entre producción y consumo”.

  Playas premia de mar

Su contribución pretendía proporcionar una base conceptual para pensar en una filosofía política democrática y autogestionaria que permitiera superar la gestión de la riqueza, las naciones y la educación política de los ciudadanos por parte de la clase capitalista.

Según Clouscard, el “capitalismo de seducción” con su rostro liberal libertario surge de la propia evolución del modo de producción capitalista. Atestigua un salto cualitativo de las cantidades acumuladas que, en un momento dado, alcanzan una estructura libertaria de la sociedad.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad