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El final de la segunda temporada de Motherland: Fort Salem de Freeform se acercó demasiado rápido, y fue una maravillosa explosión de asombro y una montaña rusa de sentimientos. El episodio pasó volando y en ningún momento se sintió apresurado. Nos dio una mezcla perfecta de acción, pérdida, tristeza y esperanza… demonios, incluso una sonrisa aquí y allá. También nos dio suficientes respuestas para atar algunos cabos sueltos y lo suficiente para construir sobre la tercera y última temporada. Ha sido, sin duda, el mejor episodio de Motherland hasta la fecha. ¿Sinceramente? Me tuvo gritando a la pantalla todo el tiempo.
Bueno, el General Alder (Lyne Renee) renuncia y la mierda golpea el ventilador. Sé que sabíamos lo que iba a pasar, pero no deja de ser sorprendente. Motherland: Fort Salem no se anduvo con rodeos y definitivamente fue a por todas en este episodio. Fueron directamente a por todas nuestras fibras sensibles. No es frecuente que una serie me haga sentir tanto, pero Motherland fue precisa en su ataque. Probablemente se me escaparon una o dos lágrimas antes de que pudiera darme cuenta, pero nunca lo confesaré públicamente. En cualquier caso, el episodio nos embarca en un viaje emocional y da a nuestras brujas una mejor idea de su propia mortalidad cuando estalla la guerra entre la Camarilla y las brujas; con los militares luchando junto a la Camarilla.
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Raelle, Tally y Abigail se enfrentan a retos mayores, magia peligrosa y una nueva amenaza de un antiguo grupo de cazadores de brujas, la Camarilla. En la primera temporada, vimos a nuestro trío de jóvenes brujas seguir los pasos de sus antepasadas, defendiendo la nación de The Spree como parte del Ejército de los Estados Unidos. Su entrenamiento se intensifica cuando son ascendidas para asistir a la Academia de Guerra, donde su magia, sus relaciones y sus creencias serán llevadas al límite. Mientras el general Alder busca nuevas brujas que se unan a las guerras venideras, The Spree y el Ejército se enteran de que su lucha puede que ya no sea entre ellos. Pero, ¿cómo pueden dos enemigos trabajar juntos para frustrar un odio que no se detendrá hasta que todas las brujas sean exterminadas?[2].
A pesar de la amenaza de la Camarilla, el descubrimiento de nuevas brujas da esperanzas a Alder. Tally lucha con su papel de Biddy, y Raelle y Abigail regresan a Fort Salem con sus misteriosas nuevas habilidades.
Raelle se prepara para mostrar su habilidad a los altos mandos, mientras Abigail lucha con su nuevo papel. Tally empieza a cuestionarse sus inquietantes sueños. Anacostia y Scylla forman un plan para infiltrarse más en el enemigo.
Taylor Hickson
Retomando el cliffhanger de la semana pasada, Fort Salem seguía siendo atacado por la Camarilla, con la plaga de brujas extendiéndose más rápido de lo que nadie podía contener. Penélope fue finalmente descubierta como la fuente de la infestación, forzando a Raelle y Abigal a hacer lo impensable y bombardear a la pobre chica hasta el olvido.
Por desgracia, Penélope no fue la única bruja que perdió la vida esta semana. Una herida sufrida durante su batalla con la Camarilla también resultó fatal para la General Alder, que se aferró a la vida lo suficiente como para intercambiar algunas despedidas increíblemente emotivas. Abigail agradeció a Alder que la convirtiera en una líder, Raelle reconoció lo mucho que Alder la empujó a enfrentarse a su oscuridad y Tally reconoció que Alder la inspiró a perseguir siempre la verdad. (Vale, esto último le estalló un poco en la cara a Alder, pero ahora no es el momento).
Pero en lugar de permitir que las brujas celebraran su victoria sobre la Camarilla, la Casa Blanca intentó arrestar a los responsables de la muerte de Penelope, una decisión que el general Bellweather no pudo revocar durante un tenso viaje al Capitolio.
Lucy punch
Tally se dejó utilizar por Petra en su interminable cruzada por usurpar la autoridad de Alder. Como de costumbre, Tally no hizo suficientes preguntas, ya que el objetivo final de Petra coincidía con el de Tally: Que salga a la luz la verdad sobre las brujas mártires.
La alucinación de Raelle era una obviedad. Su miedo más profundo era que su madre nunca la quiso de verdad. Willa se sacrificó por Raelle, así que eso debería haber sido una pista de que algo iba mal.
El gran problema era que, a diferencia de los dos miembros anteriores de la unidad, Abigail había creado un peligro real en forma de enormes trombas de agua. Afortunadamente, Tally y Raelle consiguieron comunicarse con ella mientras Scylla se defendía de las trombas.
Sin embargo, los cuatro no aprendieron nada de sus penurias, ya que Nicte seguía jugando con sus mentes incluso dentro de su cabaña. Todos los pensamientos desagradables que habían tenido el uno del otro salieron a relucir.
Así las cosas, Tally, la pensadora estratégica de la unidad, determinó lo que Nicte estaba tramando y la obligó a soltar su hechizo sobre los demás. Por otro lado, Tally es la más débil de las tres en el combate cuerpo a cuerpo. Así que debería haber sido evidente que Nicte había cambiado de lugar con ella.
